Conciliación. Cuestión de Equilibrio

Nuestra sociedad vive graves problemas por la falta de conciliación de muchos profesionales. Mientras que una buena parte de la sociedad española está en situación de desempleo, entre aquellos/as que están empleados, existe una falta clara de conciliación. Muchas más personas de las que hoy lo padecen padecerán de estrés crónico y de sus consecuencias, entre ellas el burnout o síndrome de agotamiento profesional. Conviene trabajar centrados y con nuestro máximo empeño, pero también saber dejarle al trabajo un lugar distinto al que ocupa nuestra vida familiar y personal, necesitamos equilibrio en nuestra persona y con nuestra familia para dar lo mejor de nosotros mismos en el trabajo.

El problema de la conciliación, igual que muchos otros, radica en el exceso de algo, en no saber crear el equilibrio entre diferentes factores. En este caso, entre nuestro tiempo en el trabajo y el tiempo que dedicamos a nosotros mismos y a nuestra vida familiar.

Al igual que con otros temas, como la dieta que seguimos, o con el deporte, sí que llegamos a mantener cierto equilibrio (algunos), con el trabajo parece que nos cuesta más llegar a mantener cada cosa en su sitio. Nunca he sido de la forma de pensar en la que uno ahora es persona, y cinco minutos después (al entrar al trabajo) es profesional. Siempre somos persona, estemos trabajando o no. Y a muchos nos apasiona lo que hacemos, por este motivo nos cuesta desconectar muchas veces. Pero en otras ocasiones, existen cuestiones más profundas, como la necesidad de demostrar, ser reconocido, o de utilizar tu adicción al trabajo como vía de escape a algo o miedo a algo.

En cualquier caso, es cuestión de equilibrio, y si todavía no lo has encontrado, en algún momento debes de tomar las riendas. Nada que no esté en equilibrio se puede sostener durante mucho tiempo.

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